Era finales de verano de 2015 cuando Ilya Nevdah se enfrentó a un gran problema. El Director de Tecnología de AirDog debería haber estado volando alto — pero de repente su empresa de drones no volaba.
AirDog había conseguido críticas muy favorables de sus prototipos de drones diseñados para que atletas de deportes de acción pudieran grabarse mientras montaban/entrenaban/jugaban, y su campaña de financiación en Kickstarter recaudó 1 millón más de su meta inicial de 300.000 dólares. Las reservas entraban rodando desde las cadenas de grandes superficies y minoristas online que querían los drones plegables púrpura y amarillo. En sus fábricas en Riga, Letonia, AirDog intensificó la producción justo cuando empezaron a llegar inquietantes noticias de sus probadores beta.
“Recibimos un par de informes de drones que simplemente se habían caído del aire” dijo Nevdah.
La producción comercial de electrónica de consumo – especialmente de algo que vuela – no es fácil. E intentar encontrar la fuente del problema era complicado debido al gran número de unidades que salían de la línea de producción de la empresa.
“Empezamos a producir en masa cientos y cientos de unidades y a probarlas todas y cada una en la fábrica. Un número importante de las unidades habían sido enviadas a probadores beta y un par de ellos habían informado de paradas de motor en pleno vuelo” dijo Nevdah. “Empezamos a indagar más sobre este problema para encontrar los fallos de producción, porque no habíamos tenido casos previos de dicho fallo”.
AirDog rastreo el problema hasta unos Controladores de Velocidad Electrónicos defectuosos (ESCs) que variaban la velocidad de rotación y la dirección del motor del dron. Algunos sencillamente dejaban de funcionar en pleno vuelo, con resultados catastróficos para los drones. El fabricante de ESCs no podía identificar el problema – y peor, se negó a arreglarlo.
Nevdah se encontró con 4.000 ESCs inútiles y casi 1.000 pedidos de Kickstarter que no podía satisfacer. Contactó a otros fabricantes de ESC, todos los cuales le sugerían soluciones muy estándar que no servían para la tecnología de AirDog.
Ya sin opciones, se acordó de un contacto que había conocido en una feria que trabajaba en DJI, con sede en Shenzhen, China. Incluso si DJI tenía un producto compatible, él no sabía si el productor de cámaras aéreas líder del mercado tendría el tiempo o el interés de trabajar con una startup centrada en los deportes de acción.
Para su sorpresa, no solo DJI estaba dispuesto a suministrar las piezas, sino que también ofreció su experiencia para analizar los problemas de fondo y conseguir que los drones AirDog volasen. Nevdah descubrió que DJI y sus 1.500 miembros del personal de Investigación y Desarrollo elaboran algunas de las piezas y componentes más fiables de la industria de los Vehículos Aéreos No Tripulados.
“Entendimos inmediatamente que DJI era el camino a seguir tan pronto como empezamos a hablar con ellos” dijo Nevdah. “Los ingenieros de DJI analizaron todos nuestros requerimientos técnicos y rápidamente diseñaron los Controladores de Velocidad Electrónicos a medida que queríamos. La calidad de los nuevos controladores en términos de hardware y de software integrado era muy superior a cualquier cosa que podríamos conseguir en ningún otro sitio. El compromiso de la gente de DJI trabajando en el proyecto y el corto ciclo de desarrollo nos impresionó”.
Un ingeniero de DJI que trabajó en el proyecto dijo que él y sus colegas estaban intrigados por el desafío de ingeniería de Nevdah. Los ingenieros de DJI no tratan a AirDog como un rival potencial debido a su enfoque en deportes de acción, ellos veían su producto como una oportunidad de expandir incluso más la tecnología líder en la industria de DJI.
“Un ESC es como la rueda de un coche. Cualquiera puede comprar un ESC estándar” dijo un ingeniero, que pidió no ser nombrado “El tiempo era limitado, así que teníamos que suministrar piezas fiables e integrar nuestra tecnología evolucionada en su sistema. Nos quedábamos hasta entrada la noche. Este proyecto era muy importante para nosotros.”
Los ingenieros de DJI empezaron analizando el problema tan pronto como tuvieron un motor AirDog de muestra en sus manos. Hicieron retoques al software para asegurar una conexión estable entre los ESCs y los motores, luego volvieron a trabajar en la electrónica funcional de los ESC para que funcionaran de manera eficiente y fiable con los potentes motores AirDog.
“La señal que recibían de los anteriores ESC no era limpia. Eso hizo que los ESC y los motores se desincronizaran en algunos casos. Por eso se estrellaban sus drones” Dijo el ingeniero de DJI “Nosotros sólo ayudamos con una pequeña parte, que resultó ser una parte importante.”
La colaboración salvó AirDog, que ahora está entregando los drones a sus seguidores de Kickstarter y cumpliendo gradualmente con todos los pedidos online y de grandes superficies. Los ingenieros de DJI sugirieron algunos ajustes más a AirDog y los dos equipos siguen colaborando de manera que beneficie a ambas empresas.
“El mercado dron es enorme y está creciendo. Francamente, AirDog está diseñado para y es comprado por aquellos deportistas de acción que se quieren grabar a sí mismos en acción. Vemos una mayor competencia procedente de videocámaras de acción que de otros drones” Dijo Nevdah, “Nosotros estamos encantados con el resultado de esta colaboración. Y estamos viendo cómo ambas compañías, y por supuesto, nuestros clientes, pueden salir beneficiados”.
